Al leer esta información, sin duda, se me viene encima un sin fin de pensamientos ideológicos. Todo lo que me gustaría, lo que estaría genial que sucediese, todo lo que
Depende del trabajo en equipo y la motivación. Es más difícil trabajar en equipo, pero más gratificante y efectivo. Coordinar ideas es un gran reto (hablo desde la perspectiva de trabajar codo con codo), pero aún más, estoy convencida, que en el trabajo en equipo no cabe el legalismo. Un cambio o una mejora no va de la mano de "yo trabajo y me esfuerzo, tu también y es lo que hay!!".
Cada vez estoy más segura de que, trabajar en el ámbito de la educación, debe ser vocacional y si no lo es para ti, búscate otra ocupación. Hablamos de algo mucho más serio que tener un trabajo fijo o una categoría entre los amigos: "Yo soy profesor/a sabes?".
Por todo esto, estaría bien que ciertas comparaciones (como la que expone la foto), sirviesen para no dejar de reconocer que se cometen fallos. Porque un ser humano es ser y humano aquí y en Finlandia con: una cabeza, dos brazos, dos piernas, corazón... pero su evolución y crecimiento depende, desde que nace, de todo lo que le rodea. Así que, cometer errores es normal, somos humanos, pero querer corregirlos es de un talante de superación que no todo el mundo está dispuesto a sufrir porque repito, la educación para mí, es vocacional.
Quiero compartir algo que hace unos días he vivido y que, a mi parecer, es un error abismal (podéis opinar si queréis):
"Soy profesora de música desde hace ya unos años. Uno de mis alumnos (de 10 años), al cual le imparto clases de piano una hora a la semana, lleva desde Septiembre, con muchísima "ilusión", preparándose una pieza para poderla tocar en el colegio, en la celebración de Santa Cecilia. Pues bien, hace unos días, su profesora de música del colegio, le dijo tan plácidamente que lo sentía, pero que había otra compañera que iba a tocar la misma canción y que, como se lo había dicho un poco antes que él, pues tenía preferencia. Así que, sin compasión alguna, le dijo: -tienes una semana para buscarte otra canción.
El pobre niño, todo desilusionado le contestó que ya no le daría tiempo y que él quería participar. La profesora tuvo una respuesta tajante: -Pues no puedes participar con esa canción!
Este Martes pasado, que tuve clase con él, me dijo que ¿qué podía hacer?, y cuando vi su cara de: no me ha valido de nada el esfuerzo, me sentí indignada frente a la falta de comprensión, motivación, apoyo y valoración de esta profesora. A más de tener que ser yo la que, calmase, consolase y animase al pobre niño a no tirar "la toalla". Le dije que no se preocupase, que no era culpa suya, que se había esforzado mucho y que lo había hecho muy bien. También le dije que hablaría con sus padres para que estuviesen al tanto de la situación.
Y así fue. Hablé con los padres, les aconsejé que de alguna forma se acercasen a esta profesora y le hiciesen saber lo mal que había hecho sentir a este, su alumno. Y que comprendiese lo inaceptable de la situación, pues en realidad, no hay ningún motivo justificable por el cual, dos niños, no puedan tocar una misma canción en una celebración, la cual, no es evaluativa, sino, como la propia palabra indica, es una celebración, enfocada a la música.
Ayer me llamó esta mamá y me dijo que la profesora ha accedido a que pueda participar. Así que, dentro de dos semanas, con toda su ilusión, lo hará y seguro que lo hará muy bien!"
Sin duda, ciertas cosas deberían cambiar, pero esto es una tarea que trae consigo un camino difícil. Si estoy hoy escribiendo esto y si estoy cursando esta carrera es porque yo estoy dispuesta a sufrirlo. Creo que hay una proyección educativa excelente que adornar con todo tipo de detalles. Como dice el "lema" de la fotografía y con el que estoy totalmente de acuerdo: voluntad, es todo lo que se requiere.
Y para despedirme con, un toque de humor irónico-sarcástico, os dejo una viñeta bastante significativa.
Hay que saber tomar prioridades, y comenzar desde la familia, sería una muy buena opción.
Padres... ahí les queda.
La Cuenki ^^